Tomo 3. Hasta dar la vida si fuese necesario
Tras la ocupación de Lima, el Gobierno chileno pensó que la guerra había llegado a su fin y decidió repatriar una parte importante de las tropas. Por diferentes razones, los peruanos no aceptaron ver su territorio desmembrado y optaron por organizar la resistencia en la sierra en base a una guerra de guerrillas en la que los locales podían aprovechar las características del territorio y el clima.
Lo anterior obligó a las fuerzas chilenas a desplegarse por un amplio
e inhóspito territorio en el que las enfermedades produjeron más bajas
que las sufridas en los combates. Los principales enemigos fueron la
fiebre amarilla, el tifus, las tercianas y la disentería.
En esta parte de la guerra se desarrollaron múltiples enfrentamientos
entre los que se destacaron por su importancia los combates de La
Concepción y Sangra. Por el lado peruano, sobresalió el liderazgo del
general Cáceres.