Introducción
Hasta algún momento del siglo XVIII se mantuvo en pie en Occidente, aunque con declinante grado de confianza, la concepción providencialista de la historia. En último término, y sin perjuicio de reconocer en el libre albedrío un rasgo esencial de la naturaleza humana, el destino de los hombres, de sus obras y de los sucesos que protagonizaban era ineluctable. Posteriormente, la naciente ciencia histórica declinó abordar esa espinuda cuestión porque resultaba incompatible con su carácter positivista. Y en las últimas décadas, historiadores profesionales del mundo de habla inglesa se han preguntado, ¿qué habría pasado si…? Por ejemplo, si la Armada Invencible hubiera triunfado, probablemente, Inglaterra habría seguido siendo católica. Lo interesante es que la historia virtual o contrafactual, como se la
denomina, lejos de ser un ejercicio de estéril melancolía, ofrece una ventana para asomarse en la búsqueda de respuestas a la interrogante central que siempre se ha formulado la Historia, el por qué. ¿Por qué las cosas ocurrieron de una manera y no de otra, como era perfectamente posible? Por cierto, las respuestas racionales ya no pueden fundarse en la divina providencia, sino en la voluntad humana.