La Academia de San Luis, precursora del Instituto Nacional

Patricia Arancibia Clavel

Con el objetivo de potenciar el desarrollo económico de Chile, cuya base de sustentación era la agricultura, los últimos gobernadores de Chile y sus principales colaboradores, se empeñaron en la elaboración de proyectos tendientes a modernizar la actividad agropecuaria fomentando no solo la enseñanza y difusión agrícola, sino que también potenciando los elementos que ayudarían a su desarrollo: infraestructura de comunicaciones y transportes, introducción de nuevos cultivos, apertura de mercados externos etc.

En el ámbito educativo, la idea fuerza era la de adecuar la educación a fines utilitarios en un contexto en que gran parte de la enseñanza era teórica y libresca. Se pensaba que con un tipo de educación eminentemente práctica, se formarían trabajadores conocedores de su oficio que contribuirían a la prosperidad de la agricultura y con ello al desarrollo del país.

En esta línea de pensamiento estaban Anselmo Cruz, Secretario del Tribunal del Consulado y uno de los primeros en valorar en Chile la educación popular,  y Manuel de Salas, quien influido por el espíritu reformista e ilustrado de la época, ideó la creación de una academia formadora de técnicos que por sus conocimientos prácticos en el agro fuesen elementos decisivos para la generación de riquezas. Luego de dos años de intenso trabajo en 1799 abrió sus puertas la Academia de San Luis, convirtiéndose en el primer establecimiento educacional que propició una enseñanza técnica de carácter científico en Chile.

La iniciativa no tuvo tiempo para consolidarse y en 1813, dicha Academia se fundió con el recién creado Instituto Nacional, establecimiento de enseñanza que, inspirado en los mismos principios ilustrados, tenía como finalidad formar “no solo eclesiásticos instruidos y virtuosos, estadistas profundos y magistrados honrados, sino sabios exactos que rectifiquen la ruda agricultura, den a las artes los primeros empujes, ilustren los talleres y rompan las entrañas de la tierra.”